MEMORIA FUNDACIONAL
La Asociación de Cooperación Internacional Norte-Sur (CONOSUD) es una entidad asociativa, sin ánimo de lucro, que tiene como objetivos la cooperación técnica y económica y la ayuda humanitaria a los ciudadanos y ciudadanas y organizaciones sociales de los países del Sur, en los términos en que se definen las actividades de cooperación al desarrollo en el debate científico y en los marcos legales reguladores de la cooperación internacional al desarrollo. A la vez, constituye un objetivo fundamental de la Asociación el trabajo de sensibilización entre los ciudadanos del Norte sobre los desequilibrios en las relaciones políticas y económicas entre el Norte y el Sur; desequilibrios que causan la pobreza y la marginación de centenares de millones de persones en el mundo, y que, además de su injusticia intrínseca, constituyen factores generadores de los conflictos bélicos, de los desplazamientos y migraciones masivas y de la muerte, por el hambre, la enfermedad y la guerra, de millones de personas en todo el planeta.
CONOSUD, entidad de ámbito territorial catalán, nace el año 2006 en Barcelona, a partir de un conjunto de ciudadanos y ciudadanas, profesionales, técnicos de las administraciones públicas, pequeños empresarios, trabajadores de diferentes sectores, etc., militantes cívicos y sociales de amplia experiencia en el mundo asociativo en general y en el mundo de la cooperación para el desarrollo en particular. Esta experiencia vital y social en el seno de diferentes organizaciones dedicadas a la cooperación se ha desarrollado durante muchos años de acciones y trabajo en Centroamérica, Colombia, Cuba, Brasil, Marruecos y la República Saharaui Democrática.
La decisión de constituir la Asociación de Cooperación Internacional Norte-Sur (CONOSUD) es una expresión más del compromiso cívico y solidario que caracteriza de manera general a la sociedad catalana, a sus ciudadanos y ciudadanas, y que se ha concretado históricamente en la existencia de un amplio capital social constituido por un tejido asociativo amplio y muy variado.
El mundo de las organizaciones sociales orientadas a la cooperación para el desarrollo, las ONGD, desde el punto de vista de las ciudadanas y ciudadanos que decidieron la creación de CONOSUD, necesita ser repensado seriamente. Conscientes de nuestra modestia, pero también desde nuestra experiencia, personal y colectiva, en el seno de otras organizaciones y con nuestra voluntad comprometida en el trabajo organizado por otro mundo posible, queremos contribuir a que éste sea una realidad mediante la superación de los desequilibrios entre el Norte y el Sur y la conformación de unas relaciones sociales justes, equitativas y cooperadoras en el Sur, pero también en el Norte. Las ONGs por el desarrollo en España conocieron una gran eclosión a finales de los años ochenta del siglo pasado y comienzos de los noventa. Las movilizaciones sociales y políticas para favorecer la adopción de políticas públicas de ayuda oficial al desarrollo (movimiento pro 0,7 %, etc.) comportaron la aparición de numerosas organizaciones sociales orientadas a estos fines. El propio incremento de los recursos públicos destinados a la ayuda al desarrollo, y especialmente el gran crecimiento de la cooperación descentralizada, favorecieron este incremento en el número de organizaciones no gubernamentales de cooperación al desarrollo. A grandes rasgos, la evolución de estas entidades ha conformado mayoritariamente dos grandes grupos de ONGD, con independencia de cuál sea su estructuración jurídica y formal.
Por una parte, en unos casos de manera expresa y en otros de forma evolutiva, acompañando el fuerte incremento de la ayuda oficial al desarrollo de los últimos años, se ha configurado un grupo de grandes organizaciones altamente centralizadas, muy profesionalizadas, dotadas de importantes recursos económicos, fundamentalmente públicos, y caracterizadas por un predominio del componente técnico en la toma de decisiones y un alejamiento, incluidas también las ONGD de tipo asociativo, entreĀ su base social de apoyo y los centros de decisión, con una pérdida creciente de la participación política en su interior.
Por otra, una constelación de ONGD de base muy local y localista, voluntariosas, altamente participativas en algunos casos, con incidencia en los procesos de sensibilización en sus ámbitos locales, aunque, todo ello, sin la suficiente masa crítica necesaria para llevar a cabo proyectos de cooperación al desarrollo en el sur con las garantías técnicas y políticas mínimas necesarias.
El primero de estos dos grupos pertenece a lo que hoy muchos expertos llaman la ”industria del desarrollo”. Esta enorme industria en que se ha convertido la ayuda pública internacional tiene un volumen de negocios que supera los 60.000 millones de euros anuales y da trabajo directa o indirectamente a más de 500.000 personas1. Desde mediados de los años noventa se ha venido intensificando el debate sobre la eficiencia de la ayuda internacional al desarrollo para combatir la pobreza, especialmente por la gran cantidad de recursos públicos de los países desarrollados que se dedican a esta finalidad. Este debate crítico se ha extendido también al papel de las ONGD. Muchos investigadores y analistas han constatado el fracaso global de esta ayuda y su falta de efectividad y capacidad de rendir cuentas atribuyéndolo a la existencia de trabajos, dinero e intereses institucionales en juego que forman un poderoso entramado dedicado a fortalecer la importancia de esta industria, la cual, de forma similar a las demás industrias, se preocupa cada vez más de mantenerse a sí misma y aumentar su participación en el mercado2.
Algunos de estos analistas se basan en estas constataciones para proponer lisa y llanamente la eliminación de la ayuda oficial al desarrollo, posición que tiene claros tintes ideológicos muy en línea con una globalización hegemonizada por el capital financiero, en la que los valores de la justicia, la democracia, la equidad y la solidaridad entre los pueblos se quiere que coticen a la baja. Sin embargo, son también numerosos los críticos a la eficiencia de la ayuda que, aunque ven estas deficiencias, piensan que sería peor eliminar este instrumento de relaciones internacionales, aunque defienden la necesidad de una profunda reforma del sistema3.
Para estos analistas, el centro neurálgico del problema de la ineficiencia de la cooperación se sitúa en las ”cadenas de ayuda”, o, lo que es lo mismo, en los actores que intervienen en el proceso, ONGD del Norte y del Sur incluidas, en la medida en que también participan de la ”industria” y la cadena de la ayuda. Se constata además, paradójicamente, cómo en los países en los que la ayuda desempeña un papel preponderante, el orgullo y la ambición de superar sus problemas han cedido su puesto a la dependencia subsidiada4.
En opinión de las mujeres y los hombres que decidimos la constitución de CONOSUD hay que recuperar el sentido de las ONGD como partes integrantes y activas de un amplio movimiento social de ciudadanos y ciudadanas que quieren trabajar por otro mundo posible. Hay que recuperar la primacía de la ciudadanía crítica por encima de las estructuras técnicas verticalizadas, demasiado profesionalizadas y burocratizadas, que piensan más en su rol en el conjunto de la industria de la cooperación que en la construcción de relaciones políticas y sociales entre el Norte y el Sur basadas en el aprendizaje mutuo, en la cooperación de ida y vuelta y en el intercambio de experiencias y medios que ayuden a la construcción de un mundo basado en relaciones equitativas y solidarias.
Esta filosofía organizativa no es incompatible con la eficiencia en la dirección y ejecución de proyectos de cooperación en el Sur, siempre que se mantenga el punto de equilibrio adecuado entre dimensión organizativa y base asociativa de las ONGDs del Norte por un lado, y los niveles y volumen de intervención concreta, técnica y económica, en los proyectos de desarrollo en el Sur por el otro.
Potenciar pues la existencia de una base social activa, informada, que ejerza la ciudadanía crítica en relación al mundo globalizado, y formule, consecuentemente, las propuestas concretas de intervención asociativa en Sur, constituye un objetivo central y una seña distintiva de CONOSUD.
Compartimos, en este sentido, la idea de que hay que superar el papel de muchas ONGD, entendidas básicamente como una especie de ”empresas sociales” consultoras y oficinas de proyectos”, según lo que pone de manifiesto su práctica real más general, para volver a las organizaciones que nacen de la sociedad y que representan a unos socios y socias, en el sentido más original de este término, repolitizando su tarea para volver a ser agentes para la emancipación en los escenarios de la globalización5.
Small is beatiful, decían los movimientos contraculturales de hace algunas décadas para intentar contrarrestar la influencia de los grandes instrumentos culturales del mercado. Pensar globalmente y actuar localmente, decimos hoy en día para trabajar desde una visión laica propia de la izquierda social para construir otro mundo, que pensamos es posible hacer, a partir de ciudadanos y ciudadanas organizados y comprometidos con este objetivo. Las organizaciones sociales de cooperación de base asociativa han de integrarse hoy, sin embargo, en redes de diferente nivel territorial y temático para aprovechar y potenciar las experiencias, sinergias y especializaciones entre quienes comparten los principios de cambio y transformación social.
CONOSUD, que tiene por ámbito territorial Cataluña, a partir de las experiencias individuales y colectivas de sus socios y socias, y de su autonomía organizativa, tiene la voluntad de coordinarse para trabajar con aquellas entidades similares que comparten esta filosofía de actuación en el marco catalán y en niveles territoriales más amplios, tanto en el Norte como en el Sur.
Este trabajo en red resulta absolutamente necesario para asegurar la eficiencia en las actuaciones de las ONGD dada la evidente debilidad social que hoy por hoy tienen, un factor que, por falta de autocrítica, no siempre es reconocido en este mundo de la cooperación. En CONOSUD entendemos, no obstante, que es absolutamente compatible la existencia de base social activa en les organizaciones, la democracia participativa en su seno y la eficiencia de sus intervenciones de cooperación, si la dimensión económica y técnica de estas intervenciones se ajusta al nivel de su base social de apoyo.
Desde esta filosofía de pensar globalmente para actuar localmente, CONOSUD se considera parte del movimiento que nace con los Foros Sociales Mundiales y consecuentemente, trabajamos en el Norte y en el Sur por una globalización solidaria y subscribimos la Carta de Principios del FSM aprobada en Sâo Paulo, el 9 de abril de 2001 por las entidades que constituyen el Comité Organizador del Foro Social Mundial y ratificada por Consejo Internacional del FSM el 10 de junio de 2001.
En base a todo esto, por nuestra tarea en el Sur, consideramos que hay que tener en cuenta las organizaciones de raíces sociales que trabajen realmente por la transformación y la globalización solidaria, y que no sean, como frecuentemente sucede, unos simples partenaires en el Sur de la industria del desarrollo. En base a estos principios, más alláde la cooperación técnica y económica, buscaremos la relación política con aquellos actores sociales para el intercambio de experiencias mutuas y apoyaremos a los procesos políticos de transformación social en el Sur que protagonicen los movimientos sociales democráticos, desde la base siempre del estricto respeto a su personalidad.
ASAMBLEA FUNDACIONAL DE CONOSUD
Barcelona, Noviembre 2006
1 David Sogge: Ayuda internacional: Una reforma necesaria. Le Monde Diplomatique. Setembre, 2004.
2 Thomas W. Ditcher: Despite Good Intentions. Why Development Assistance to the Third World has Failed?.
(A despecho de las buenas intenciones. ¿Por qué la Ayuda al Desarrollo en el Tercer Mundo ha fracasado?. University of Massachussets Press. Anherst-Boston (2003)
3 David Sogge: Dar y Tomar. ¿Qué sucede con la ayuda internacional?. Icaria-Antrazyt. Barcelona 2004.
4 David Sogge: Le Monde Diplomatique. Setembre 2004.
5 La Magalla. Butlletí de la Federació Catalana dONGDs: Entrevista a David Sogge. Juny 2006.
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